El consumo inteligente consiste en valorar la compra de un producto tomando en cuenta ciertos criterios de responsabilidad y conciencia social, además de los aspectos de calidad, precio y servicio.
Es la concientización del consumidor sobre sus derechos y obligaciones, para que pueda exigir y asumir las consecuencias sobre su consumo. Ser un consumidor inteligente implica ser crítico, exigir información o buscarla. Reducir, reutilizar o reciclar y ser respetuoso con la sociedad, las personas y las culturas.
1.- Analice sus decisiones.
Deténgase a pensar antes de realizar una compra, este paso podría tomar algunos minutos. Pregúntese: ¿Es un deseo o necesidad?, ¿Por qué comprar o por qué no?, ¿Es una buena compra?
2.- Obtenga información.
Para realizar una compra inteligente es necesario obtener toda la información posible del producto como: Características técnicas, precio, opciones similares, etcétera.
3.- Revise la información.
Consulte la opinión de expertos, analice si es posible obtener descuentos por pago en efectivo, etcétera.
4.- Actúe sabiendo.
Con todos los argumentos claros, actúe de la mejor forma. Al realizar una compra inteligente lo importante es que esté informado y que su compra sea planificada.
El endeudamiento responsable es viable cuando el criterio para tomar la decisión de la deuda está basado en buscar el bienestar familiar. Además de contar con la capacidad de pago para hacer frente a esa decisión sin dejar de cubrir necesidades vitales
El endeudamiento responsable impulsa el crecimiento de las personas y familias, dando la posibilidad de cumplir sus metas financieras.
Para que un endeudamiento sea considerado adecuado el nivel del mismo debe ser menor al 40% del ingreso familiar.
Elabore una lista de los gastos fijos mensuales, es decir, aquellos gastos que se repiten todos los meses, tales como: créditos, vivienda, transporte, alimentación, educación, entretenimiento, impuestos, etc.
Se recomienda identificar, además, aquellos gastos que pueden presentarse, en base a estimados o supuestos
Préstamo de consumo:
Es el préstamo que frecuentemente se utiliza para satisfacer necesidades familiares como: pago de bienes, vacaciones, servicios o gastos no relacionados con una actividad productiva.
Préstamo de inversión:
Es el préstamo utilizado para la adquisición de bienes patrimoniales o un negocio propio. Este préstamo permite cumplir las metas familiares e incrementar su patrimonio.
Antes de realizar un préstamo, debe conocer el monto máximo de la cuota mensual que puede pagar. Para esto se debe restar las deudas y gastos totales de los ingresos netos; el resultado de esto es el monto máximo mensual que está en condición de pagar en caso de solicitar un crédito.
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